Ayer se realizó en la Ciudad de México una marcha para conmemorar la masacre del 2 de octubre de 1968. Miembros del Comité 68 y padres de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero, encabezaron la movilización que partió de la Plaza de las Tres Culturas y llegó al Zócalo.

A pesar de que se trató de una protesta pacífica que se realiza cada año bajo la consigna “2 de octubre no se olvida”,  como ha sucedido en ocasiones anteriores, se presentaron algunos disturbios. Un grupo de personas con el rostro cubierto rompieron algunos vidrios por la calle 5 de mayo y unos más se enfrentaron con granaderos y policías al entrar al Zócalo. Unos lanzaban piedras, pintura y bombas molotov; los otros, gas lacrimógeno. El resultado de la trifulca fue la detención de tres individuos cuyas faltas aún no se han determinado.

Durante el mitin con el que concluyó la marcha, varias personas que tomaron el micrófono para hablar señalaron los actos violentos como provocaciones para romper la organización civil y para justificar la represión. Desde el templete se hizo un llamado a la protesta pacífica y al diálogo para resolver los problemas que aquejan a nuestro país.

Las demandas principales fueron la aparición con vida de los 43 normalistas, el castigo a los culpables y la reapertura de los juicios contra el exmandatario Luis Echeverría Álvarez por los crímenes cometidos el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971.

Ahora que se unieron en una sola marcha dos causas históricas, nos preguntamos ¿en qué han cambiado las protestas durante casi medio siglo?

Ya no somos la generación del 68, el contexto ha cambiado, sin embargo, no se han podido responder las preguntas que se hicieron hace 50 años #2DeOctubreNoseOlvida

Posted by Plumas Atómicas on Viernes, 2 de octubre de 2015

 

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