Donald Trump, magnate de la construcción, famoso en los años recientes por ser un rudo juez en el reality show The Apprentice; actualmente se encuentra en campaña política buscando la nominación a la presidencia por el Partido Republicano. Lo anterior es el equivalente a que alguno de los jueces de La Academia o Bailando por un sueño quisieran ser presidentes de nuestro país.A pesar de lo absurdo que suena la premisa anterior, Trump ha logrado conquistar a los más conservadores votantes de Estados Unidos, sobre todo por su discurso en contra de los mexicanos.
Ayer, el hombre del peinado de queso Oaxaca demostró una vez más su poco aprecio por los mexicanos cuando corrió al periodista Jorge Ramos esgrimiendo la consigna: “Siéntese, no le he dado la palabra. Regrese a Univisión”.
Ese “Regrese a Univisión” parece una forma discreta, aunque no demasiado, de decirle “regrese a su ghetto”, “lárguese a su país”, o, en palabras del sabio Quico, “chusma, chusma, no me simpatizas”.
